Ese monstruoso 2013 (última entrada del año)

Escrito por las patitas de Cucaracha en su guarida martes, diciembre 31, 2013

No, no, no; este año no se me puede pasar lo de la entrada de despedida del 2013. Ya me pasó el año pasado, que fue un 2012 cojonudo que quedó finalmente sin broche final, y todos los motivos que tuve para no escribir la entrada me supieron después a excusa barata. Este año no puede quedar sin un buen final puesto que es un año para el recuerdo. Sea como sea, esta entrada se publicará antes de las 12 de la noche.

Pues el 2013 ha sido un año importante. Ha sido un año, como no podía ser de otra forma, lleno de monstruos.

Y esto es remarcable porque, y he aquí algo parecido a una breve sinopsis que he repetido ya hasta la saciedad, confieso que desde muy pequeña he convivido con un monstruo. No os imaginéis aquí a una criatura con cuerpo de mujer, ojos fieros e instinto asesino, ni a un engendro horripilante cuya simple visión menguaría nuestra cordura. Imaginad mejor a un ser simpático y pequeñito y, eso sí, muy muy charlatán; un bicho con una vocecita aguda que no para de dar toquecitos al hombro y señalar lugares, gestos, frases, melodías, ideas, palabras evocadoras, recuerdos emotivos y mil cosas más, mientras no para de hablar sobre "¿Qué pasaría si...?", "Si montásemos todo esto en una historia..." y, al final de todo eso, su gran frase: "Para que todo esto tome forma y sea algo real de alguna forma, no te queda otra que escribirlo".

Ese monstruo pequeñín no ha crecido en tamaño, lo que me permite llevarlo a todas partes para que siga tomando nota de todo lo que ve; pero sí se ha vuelto con el tiempo algo más maduro y perspicaz, por lo que cada año pesa un poquito más que el anterior y se hace notar con más frecuencia. Es mi monstruo inseparable al que siempre le regalo una porción de mi vida, ya que él ha dedicado la mayor parte de la suya a mí.

Este año ha tenido muchos altibajos para mi monstruito y para mí. Nos hemos topado de bruces con monstruos más grandes y astutos, de esos que saltan a veces en tu camino. En algunos casos sólo lo hacen para asustarte, mientras que en otros consiguen hacerte caer. Mi monstruito y yo tuvimos un tropiezo a principios de año con un monstruo editorial que resultó tener una segunda cara oculta que no sospechábamos y que al fin se dejó ver; tropecé y (confieso) a punto estuve de dejar caer a mi pequeño monstruo  en las garras de una bestia cobarde y peligrosa que bordea siempre las lindes del camino y observa desde las sombras, esperando a que alguien se de por vencido y sucumba a su trampa de abandono y rendición. Pero, por suerte, mi pequeño bichejo no acabó en el cementerio de los sueños muertos; la verdad, yo nunca he estado hecha de esa madera.

Aunque no todo depende de mí, claro está; también tengo muy en cuenta a todas esas personas que son  unos verdaderos monstruos en el buen sentido. Estos monstruos gigantes, inmensos, que llevan años ahí a mi lado, hombro con hombro, o que se van incorporando poco a poco y que he tenido la suerte de conocer durante este 2013. Es una pasada convivir con ellos, aprender de ellos, sufrir, reír y disfrutar de la vida con ellos. Solo el hecho de tenerlos ahí me ayuda a caminar sin pausa, sorteando cada vez con más habilidad a esos otros monstruos disfrazados con máscaras de sonrisas pintadas. Sólo el hecho de tener cerca a esos gigantes consigue impulsarnos a mi pequeño monstruo y a mí hasta el infinito y más allá. Incluso sin que muchos de ellos mismos sospechen alcanzar tal estatura, incluso aunque ni siquiera piensen que este párrafo puede estar refiriéndose a ellos.

Gracias a todo eso, de una forma u otra, mi monstruito y yo construimos otra monstruosidad, nuestro pequeño Ontromus, que sigue creciendo y creciendo y que nadie sabe bien hasta dónde crecerá hasta que podamos determinar al fin el tamaño definitivo de la cuna que tendremos que hacerle. Y eso es genial: es fantástico ver cómo el trabajo da su fruto. Es como un gran escalón en el que apoyarte para seguir dando pasos hacia arriba. Es así como me siento: con el ánimo hacia arriba, cada vez más alto, y con mi monstruito sentado en mi hombro dándome ánimos. 

No sé... Soy consciente de que se trata de un proyecto modestito,  cuyo alcance irá en consecuencia, pero ha sido suficiente para darme alas. El hecho de que estemos sacando adelante algo surgido de la nada con nuestras propias manos me hace creer, cada vez con más firmeza, que mis metas están ahí al alcance de mi mano y que tan solo necesito seguir luchando cada vez un poquito más.

Porque en este final de 2013 yo también me siento como un monstruo; uno de esos imparables, optimistas, con ganas de zamparse el año que viene de un bocado. Y el siguiente, y el siguiente...

Y a todos vosotros, que hayáis llegado a parar a estas líneas por algún motivo (o por ninguno), también os deseo un 2014 monstruosamente espectacular. ¡A zamparse ese fin de año!

QKRX.

Sangrar

Escrito por las patitas de Cucaracha en su guarida viernes, diciembre 13, 2013

 A veces escribir no consiste en escribir. A veces, primero, escribir consiste en pensar.

Soy una persona que escribe pensando la mayor parte del tiempo. Me gusta escribir pensando antes de escribir escribiendo. Así es como se escribe planeando; cerrar bien todos los cabos sueltos, asentar la estructura y las bases, lo que será y lo que no podrá ser, y luego moldear el contenido tratando de dar el mejor uso a cada palabra, de impregnarlas del sentimiento y la forma que se destilaba en el instante en el que la historia se escribía en el pensamiento. No es algo sencillo, pero sí placentero y satisfactorio.

Pero hay momentos en los que, simplemente, no hay tiempo para pensar. Cuando el contenido supera a la necesidad de obtener una forma estable, cuando lo que impera es derramar ese torrente de pasiones sobre el vocabulario y la gramática, pugnando a arañazo limpio por salir de su cautiverio, no hay cabida para planteamientos lógicos; únicamente puedo entonces sangrar las palabras sin control ni medida, hurgar en la llaga y entregarle las riendas al flujo caótico, al contrario de lo que suele suceder. Son las ocasiones en las que escribo sangrando.

Evaluando fríamente mi trayectoria, me doy cuenta de que mis obras más conmovedoras, las que más se clavan y se aferran al recuerdo, son retazos rasgados e incoherentes de textos manchados de sangre.
Sé que probablemente nadie más llegue a leer esos textos, pues tampoco tengo un gran empeño en que así sea. Pero siempre será inevitable que en aquellos escritos que sí espero que lleguen a ser leídos —no hay que dejar de luchar por ello— quede un rastro tenue de sangre, tan diluido que cueste distinguir los puntos exactos en los que se vertieron las gotas.


Mientras esto sea así, por mucho que mute mi estilo o maduren mis ideas… mis escritos seguirán siendo míos. Completa e indudablemente míos.

Amores que matan (Ontromus)

Escrito por las patitas de Cucaracha en su guarida martes, noviembre 05, 2013


La ilusión de la primera publicación, ¿vale?

¡Muy buenas! Vengo con esta entradita porque me parece un crimen no comentar en este blog un tema que es tan importante para mí. ¿Qué fue de aquella novela corta que se suponía que iba a publicar vía Amazon? Pues, finalmente, todo salió perfectamente: el libro salió a la venta a primeros de octubre y ahora mismo ya se puede comprar tanto en formato físico como electrónico.

Y todo está yendo genial; no me puedo quejar en absoluto. Estoy vendiendo un buen puñado de ejemplares (casi todos en formato papel, ¡y eso que el ebook se vende a menos de 1€!), cuento con un grupo de personas que se están volcando en ayudarme (y que siempre tendrán mi corazoncito, ellos lo saben ^^), he podido colocar la novela en algunas librerías (mención especial a Sensei Comics, que me está prestando una ayuda que no había imaginado que obtendría), algunos blogs literarios han accedido muy amablemente a ayudarme con la promoción... 

¡Y hasta he podido organizar varios eventos! Hace poco estuve en el VIII Encuentro de Literatura Fantástica de Dos Hermanas vendiendo mis libros por allí (no como ponente, sólo vendiendo mis libros), y antes de que termine el año tengo pendientes dos presentaciones. 

La primera presentación será este mismo viernes 8 de noviembre en Sevilla (¡avisados quedáis, amigos sevillanos!). Aquí os dejo el cartel: será a las 19:00 en la librería Sensei Comics, que se encuentra en la calle Farmacéutico Murillo Herrera nº 8. Seguro que pasaremos un buen rato: prometo no ser plasta y no enrollarme como una persiana hablando. Además, a los asistentes se les servirán tapitas de jamón serrano cinco jotas.

Nota del autor: la última frase del párrafo anterior podría no ser verdad.


Además, en diciembre haré una segunda presentación en Aracena, mi pueblo. He barajado varios lugares y al final me he decantado por uno que me encanta. Ya daré más detalles cuando confirme fecha.

¿Qué más, qué mas? Bueno, tengo que mencionar también que hay un concurso activo para aquellos que quieran conseguir un ejemplar de Ontromus firmado y un marcapáginas del libro. Se trata de un sorteo organizado en la página de Facebook de la novela: lo único que hay que hacer es hacerte seguidor de la página y compartir en tu muro la imagen del concurso (aquí está la imagen original que hay que compartir). Os dejo la entrada del blog de Ontromus donde se explica todo mejor.

En fin: la novela ya cuenta con un pequeño apartado en este mismo blog donde pongo enlaces a todas sus páginas (sí: he hecho una web oficial, un blog, una página en Facebook y un perfin en Twitter. Información, lo que es información, la va a haber de todas las formas y colores xD). Además, también pongo la sinopsis y los datos más importantes del libro. 

¿Y qué más puedo decir? El apartado informativo ya está cubierto, creo. El apartado sentimental nunca deja de estarlo. Para mí, que tanto me gusta juguetear con las palabras y sacarles todo su jugo, resulta imposible encontrar una forma suficiente de expresar lo mucho que me gusta todo esto. Porque, simple y llanamente, me encanta: me encantó escribir la historia de Ontromus, vibrar y temblar con ella; me encantó ver los avances de la edición y darle mil vueltas para pulir todas sus imperfecciones; me encanta poder ver mi libro terminado y encuadernado, poder acariciar la portada, abrirla, bucear por sus páginas y explorar su contenido con otros ojos, con los ojos de un lector y no de un autor. Me encanta dedicarle tiempo a la promoción y ver cómo, poco a poco, va dando su fruto. Adoro organizar concursos, eventos y encontrar una respuesta positiva al otro lado. Y, muy muy importante, me chifla cuando alguien me sorprende contándome que se ha leído mi novela y me cuenta su experiencia con detalle, como contando un viaje, explicando lo que le ha gustado y lo que no. Encontrar un interés sincero acerca de Ontromus en otras personas es lo más gratificante del mundo.

Bueno, gente: me marcho ya. Tengo que preparar la presentación de este viernes. Tengo un presentimiento muy bueno y me siento como una vieja tortuga: avanzando muy lentamente, pero a buen paso y sin parar. ¿Os he dicho alguna vez que me encantan las tortugas?

Muchas gracias por leerme. 

¡Nos vemos!

Taller de Escritura BL: El nombre marchito

Escrito por las patitas de Cucaracha en su guarida martes, octubre 15, 2013

Un pequeño microrrelato para el taller organizado por Be Literature. He cumplido la condición de no sobrepasar las 200 palabras, aunque he tenido que dar tijeretazos para ello; a pesar de esto, espero que os guste este primer intento en el taller.


Inspiraciones de esta quincena:

Canción.


Imagen.



EL NOMBRE MARCHITO

Tu nombre resuena en los altavoces y el pabellón entero parece derrumbarse entre aplausos. Pero tú te dejas atravesar por el estruendo y sólo puedes recordar el sonido de tu nombre pronunciado por otros labios distintos. 

 El eco de su voz retumba en el nudo de tu garganta, en el escozor de tus ojos enmascarados con vetas de colores mate, en el paladar y en la lengua con la que mil veces saboreaste todo su cuerpo. Él te descubrió cuando el estrellato sólo era un espejismo; pronunció tu nombre e hizo que el mundo entero lo aprendiera. 

Ese recuerdo se entremezcla con la visión de sus labios fundidos con los besos carmesí de esa chica que ahora está en boca de todos. Su nuevo hallazgo, la nueva revelación: sus canciones no tardarán en suplantar las tuyas como para él ya lo hizo su cuerpo, su música… su nombre. 

Pero esta noche aún te pertenece. Aún podrás reinar por un tiempo, efímero como un romance, antes de que la nueva princesa usurpe tu trono. 

Y ahora sonríe y sube a ese escenario. Di unas conmovedoras palabras. Brilla, radiante, como tú sabes hacerlo. 

Esta noche, a solas, tus lágrimas brillarán por ti. 

Cuentos de Ciudad Esmeralda: magia, aventuras y una buena causa

Escrito por las patitas de Cucaracha en su guarida sábado, octubre 05, 2013

Hace ya bastantes meses que surgió la noticia que puso al grupo Mensajeros de Oz en boca de todos. Yo misma le dediqué una entrada cuando este proyecto daba sus primeros pasos, pues la idea que se nos proponía nos encantó a todos: ¿qué puede haber más bonito que unir fuerzas para hacer un libro de cuentos e ilustraciones con el propósito de ayudar con los beneficios a la fundación Luis Olivares? Reunir a cuentistas e ilustradores para que trabajen juntos y hagan lo que mejor saben hacer y con ello ayudar a esos niños que tanto lo necesitan es una iniciativa tan maravillosa que sólo podía dar lugar a un libro lleno de maravillas.

Y es que, después de meses de trabajo por parte de la organización del proyecto y muuuchas, muuuchas ganas de tenerlo en las manos, ¡Cuentos de Ciudad Esmeralda por fin ha salido a la venta! Basta con ver la portada para hacerse a la idea de la calidad que ha alcanzado esta mágica recopilación de aventuras, personajes variopintos e historias inolvidables. Un total de 35 cuentos y 36 ilustraciones, todos ellos distintos y únicos.



Solamente con ver las ilustraciones a una ya se le cae la baba. He tenido el privilegio de poder echar un vistazo al colectivo de cuentos y os puedo asegurar que no defraudará a nadie, ya seais niños (¡al fin y al cabo esta idea va dedicada a vosotros! :D ) o incluso personas adultas: todos sabemos que, en el fondo, seguimos guardando un niño en nuestro interior que clama por sumergirse en un universo mágico como el que componen estos Cuentos de Ciudad Esmeralda.

Sólo puedo decir que me ha encantado poder aportar mi granito de arena en este proyecto. Para mí ha sido un privilegio poder constar entre los autores participantes. Y, por supuesto, en el caso de que esto vaya más lejos (intentaremos que llegue muy, muy lejos, ¡hasta la luna y más allá!) y se hagan más ediciones de esta antología, me encantaría seguir participando.

Así que, ¿a qué esperáis para haceros con el libro? ;)


Además, si te gusta la iniciativa y quisieras colaborar de alguna otra forma, puedes ayudar a difundir la venta del libro por facebook, twitter (para ello estamos usando el hashtag #CuentosDeCiudadEsmeralda : ¡intentemos hacerlo TT!), en vuestros blogs... ¡cualquier ayuda es poca!

Por mi parte no queda gran cosa que añadir. Sólo desear un gran futuro tanto al libro como a la fundación Luis Olivares... y, por supuesto, espero que aquellos que os decidáis por haceros con el libro disfrutéis mucho con la lectura ^^

¡Nos vemos!

Ronda de mini-reseñas exprés

Escrito por las patitas de Cucaracha en su guarida sábado, septiembre 28, 2013

¡Hola a todo mundo! (¡Hola, Doctor Nick!)

Como hoy, después de mucho tiempo, vuelvo a sentirme con ánimos bloggeros, reaparezco por aquí. Simplemente, tengo ganas de darle algo de vidilla a esto, que está muy apagado.

Como podéis ver, a la derecha ha aparecido una nueva imagen, así como en tonos oscuros y rojizos. Pues sí, he tenido un verano bastante ajetreado con la edición de mi libro (y con otros asuntos de distinta índole) y por fin está a punto de dar su fruto. ¡De hecho, muy posiblemente la semana que viene haya más noticias! De cualquier forma, si pincháis en la portada de la derecha accederéis al blog de Ontromus, donde iré subiendo las noticias más importantes relacionadas con el libro. No quiero convertir este blog, que es algo más personal, en un blog de promoción de la novela, así que el que esté interesado en ella sólo tiene que afiliarse a ese nuevo blog.

Bueno, ¿Qué tal vuestros veranos? Yo no me puedo quejar: estoy muy feliz con cómo están yendo las cosas. Hace unos meses al fin me gradué, por lo que ya se me puede llamar “biotecnóloga” (aunque eso habría que hablarlo), y este curso voy a hacer un máster. Aún no me hago a la idea de que tengo una carrera. Os juro que en mi mente yo sigo teniendo 15 años, me acaban de quitar los braquets, todavía uso fotolog y me estoy planteando qué bachillerato escoger. Ah, y soy crepusculera a muerte…

…Todos tenemos un pasado oscuro. Pasemos página.

En resumen, que mi verano ha sido muy ajetreado, pero a su vez bastante relajante. Por fin he podido sentarme a leer un libro tras otro, incluso a releer alguno que me gustó en su día. ¡Cuánto tiempo hacía que no leía tan seguido! Y, sinceramente, ha sido un buen verano en ese sentido: normalmente, de todas las novelas que leo en un periodo de tiempo de duración X, sólo la mitad suelen gustarme lo suficiente como para sentir que debo recomendar ese libro. No sé qué me pasa, pero muchas veces me cuesta atinar con los libros que decido leer. Pero este verano, llámalo suerte o intuición, he conseguido dar con un puñado de buenos libros. ¡Y aún sigo!

Así que hoy voy a dedicarme a hacer una ronda de “mini-reseñas exprés” de algunos de los libros que he estado leyendo. No voy a pararme demasiado en ninguno de ellos, sino sólo a ofrecer una impresión rápida de lo que me han parecido. ¡Allá vamos!


Vampiro: Toreador (Wieck Stewart)

Es el primer libro de la saga de libros de clan del universo Vampiro. No sé si conocéis el juego de rol Vampiro: la mascarada que se basa en dicho universo. Para quien no lo conozca, los vampiros de este juego se dividen en varios clanes (13, si no me equivoco) que se distinguen entre sí por determinadas características muy marcadas en los vampiros que los componen, y que son comunes entre los miembros de su mismo clan. Las novelas de clan (una novela por cada uno de ellos) caracterizan muy bien a cada uno de dichos grupos. Este libro, como bien incida su título, se centra en el clan Toreador, los grandes amantes de las artes.
Me ha parecido una novela agradable de leer, aunque con una traducción un poco desastrosa. Pero, si nos centramos en la historia en sí, creo que su punto fuerte es la manera de definir las relaciones entre los personajes pertenecientes a unos y otros clanes. Hay mucho politiqueo de por medio, y en este inicio de la saga se sirven de estas “tramas sociales” entre clanes para aprovechar los estereotipos de los mismos y dar pie a un conjunto bastante decente. Al principio puede hacerse algo lenta, y ni los personajes ni la historia en sí son una maravilla, pero la segunda mitad consigue enganchar y aportar escenas bastante buenas.

Sin noticias de Gurb (Eduardo Mendoza)

Ésta ha sido mi gran relectura del verano (y de cada verano, en realidad). Es una pena que no llegue a pillar todas las referencias y sutilezas de este libro, dado que se trata de un relato humorístico desarrollado en Barcelona durante las pre-olimpiadas de 1992. A pesar de que haya pasado más de una década desde que esta simpática historia se desarrolló, yo la disfruto igualmente. El humor de Mendoza y esa forma de ridiculizar esos aspectos de nuestra vida mundana que nos parecen tan normales y “obviables”, pero que desde el punto de vista de un extraterrestre desconocedor de nuestras extrañas costumbres parecen algo digno de estudio y fuera de toda lógica, son tan propias de él y tan inimitables que me da igual lo desfasado del contexto: yo sigo releyéndolo y disfrutándolo cada vez. Y recomendándolo, por supuesto.

El letargo del pájaro de fuego (Laura S.B.)

Éste libro lo conseguí firmado en la pasada Feria del Libro de Sevilla. Tenía ganas de algún toque de ciencia ficción en mi verano literario (me quedé con ganas después del magnífico El juego de Ender, el cual no voy a incluir aquí al no haberlo leído este verano pero que igualmente recomiendo hasta la muerte), y dado que éste me llamaba la atención decidí leérmelo.  Me gustó mucho la manera de plantear la historia y asentar las bases, y considero que los personajes que se nos presentan resultan bastante humanos (es irónico decirlo, dado que no todos ellos lo son), de forma que consiguen hacer que te intereses sinceramente por ellos. Por eso me dio rabia quedarme con la sensación de que, hacia la segunda mitad del libro, a la autora se le escapasen un poco las riendas; no tanto de la historia en sí, sino más que nada de la forma de narrarla. En resumen, disfruté mucho con la primera mitad de la historia y no tanto con la segunda, pero aún así recomiendo su lectura.

Las aventuras de la Princesa y el señor Fu. La cosa de debajo de la cama (Patrick Rothfuss)

Entre mis lecturas veraniegas se ha colado un cuentecito. Pero no es un cuentecito cualquiera: es un cuentecito del autor de El nombre del viento, en el que se nota mucho su marca personal y su humor, que lo convierte en un cuento para adultos disfrazado de historieta infantil. Es un cuento ilustrado muy breve y de lectura fugaz, pero muy original en su distribución: tiene tres finales, de modo que el lector puede parar de leer en el final que más le apetezca (aunque, obviamente, no paras hasta llegar al último). Tal y como te explican en el libro, el primer final es muy dulce; el segundo es absolutamente horrible, y el tercero es el verdadero final, el final “Sí, soy Patrick Rothfuss”. Maravilloso si te gusta ese tipo de humor macabro y retorcido.

El club de la lucha (Chuck Palahniuk)

Cuando lo vi en la librería no pude evitar echarle mano, al tratarse de un autor al que quería leer desde hace tiempo y que dio lugar a una de mis películas preferidas. Puedo declarar que estoy enamorada del estilo literario de Palahniuk, tan distinto a lo que suelo leer. Es un estilo totalmente fugaz y dinámico, y se podría decir que “psicótico” (sí, creo que es la palabra adecuada). La historia es como una gran maraña de momentos y personas que acaban por entrelazarse tan íntimamente que, aunque se trate de una novela caótica y angustiosa en algunos puntos, deja un estupendo sabor de boca.

Alicia en el país de las Maravillas (Lewis Carrol)

Pues sí: ya iba tocando un clásico de tal calibre. La historia de Alicia siempre me pareció curiosa y rocambolesca, pero no he descubierto su la verdadera esencia hasta que no me he animado a leer el libro original (vamos, lo que suele ocurrir). Leyendo Alicia, una traducción antigua que mantiene los juegos de palabras originales del inglés, se me ha hecho evidente la mentalidad matemática del autor, transcrita en los inocentes ojos de la niña protagonista; la forma de aceptar y rebatir situaciones sin sentido, el frecuente y ágil uso del vocabulario para crear dobles sentidos o juegos que se valen de la fonética y el significado… Múltiples detalles que convierten una historia entretenida y sencilla en una obra digna de relectura debido a la habilidosa y magistral narración.


Y esto es todo. Ahora mismo, ya que de monstruos va la cosa (auto-referencia al canto), estoy leyendo otro libro que me está encantando: Frankenstein, de Mary Shelley. Me arriesgo a decir que me está encantando, pero poner una reseña de un libro que aún no he terminado no me parece correcto; esperaré a terminarlo para decir si lo recomendaría o no.

Y eso es todo. Espero que os hay gustado esta ronda de reseñas exprés tanto como a mí me ha gustado volver por estos lares a dejar mi huellita. Y muy pronto volveréis a leer novedades por aquí: aún quedan muchas, muchas cosas por decir en este blog.

¡Nos vemos!


Publicación a la vista

Escrito por las patitas de Cucaracha en su guarida martes, julio 30, 2013

Lo he hecho. Todavía no entiendo cómo he acabado tomado esta decisión, pero ahí está. No sé cómo esa idea remota (que antes me parecía desconocida, insondable, me daba miedo y además ni siquiera constaba en mi listado de opciones) ha acabado por convertirse en un futuro cercano y real que ya está tomando forma; supongo que la vida da muchas vueltas, y tu forma de ver el mundo gira con ella. 
Como no quiero ponerme mística ni marear la perdiz, os lo cuento ya; luego tendré tiempo y espacio para extenderme acerca de mi decisión. Señores y señoras...

Me voy a lanzar a autopublicar una novela.

Se trata, como hablé hace poco en este mismo blog, de la novela corta Ontromus, que ya terminé y corregí hace meses. ¿Por qué, así de pronto, he decidido editarla y publicarla por mi cuenta? Ha sido una larga historia en la que se han visto involucrados múltiples factores. Como ya he dicho, yo antes jamás me había planteado la idea de buscarme yo sola las habichuelas, editando un libro mío "con el sudor de mi frente". Pero el hecho de saber que realmente existe gente a la que les gustaría leer mi obra (tanto aquellas que sintieron interés a raíz del cortometraje como otras que, simplemente, tienen curiosidad por mis escritos), y de sentir que de verdad puedo hacer llegar mi novela a la gente con mis propias manos, me hizo replantearme la posibilidad. Supongo que la decepción editorial que sufrí a principios de este año también me ayudó a considerar otras alternativas y a sopesar otros caminos que, de otra forma, nunca habría tenido en cuenta. El caso es que, en mitad de mis habituales búsquedas de posibles editoriales interesadas (búsquedas fallidas, como de costumbre), me detuve totalmente seducida por este nuevo camino. Ni siquiera quise seguir buscando, sino que emprendí directamente la vía de la autopublicación. 

No digo que vaya a dar la espalda al mundo editorial: de hecho me encantaría encontrar algún día una oportunidad de trabajar con una. Pero, de momento, mis objetivos respecto a la literatura se contentan con este pequeño proyecto que tengo entre manos. ¿Quiero fama o dinero? Pues no, no pretendo llegar y besar el santo. No mentiré diciendo que no me gustaría vivir de lo que escribo (¿quién no querría poder vivir dedicándose a algo que le encanta?), pero soy consciente de que no puedo ni mucho menos empezar de esa manera. 

Por el momento lo que quiero es que la gente que tenga interés en leerme pueda hacerlo; quiero ofrecer mi obra al mundo, empezar a darla a conocer y que llegue a quien tenga que llegar. Y no me conformo con hacerla llegar de cualquier manera; tengo cierta vena coleccionista con los libros físicos, y yo quiero ofrecer lo mismo que tanto me gusta conseguir. Es por eso que prefiero ir más allá de, simplemente, colgar la novela en internet (que también estará disponible en formato de libro electrónico) y voy a ofrecer la oportunidad de obtenerla en formato papel. Por un precio bajo, eso sí, que la crisis pega fuerte.

Así que nada, aquí me hallo ahora mismo inmersa en este nuevo reto. Tengo que mencionar que estoy contando con la ayuda incondicional y desinteresada de varias personas que se merecen el cielo, y estoy viendo que voy a quedar muy contenta con el resultado. No puedo dar una fecha exacta (por ahora ni siquiera aproximada) del lanzamiento; ya iré contando más cosas a medida que la edición avance. Pero, la verdad (aunque lo digo con la boca pequeña porque no puedo saber qué obstáculos me voy a encontrar), no creo que el libro salga a la luz mucho después del final de este verano.

Estoy muy ilusionada con todo esto. Espero lograr, y no sólo por la narración en sí sino también por el acabado completo, un libro que deje satisfecho al lector. Seguro que todo el esfuerzo merecerá al final la pena.

Pronto, más noticias. Hasta entonces... 

¡Nos vemos!

Una de cortometrajes

Escrito por las patitas de Cucaracha en su guarida domingo, abril 28, 2013

El pasado jueves día 25 de marzo, en la semana de cine de un pueblo serrano llamado Aracena (del que puedo decir que tengo el honor de provenir) tuvo lugar el estreno de un cortometraje. Nunca antes había sabido yo demasiado sobre este mundillo de los cortos, de su elaboración y del trabajo que se esconde detrás de esos cuantos minutos de proyección que bien pueden alargarse hasta la media hora. Aunque a día de hoy sigo sin conocerlo en profundidad, en este caso en concreto he tenido la oportunidad de poder asomar la cabeza a esta dimensión desconocida, puesto que he podido vivir de cerca del proceso que dio a luz a esta pequeña obra. 



La línea argumental de Ontromus surgió a raíz de una historia mía. El embrollo comenzó por el año 2011, a partir de un concurso local organizado por la Casa de la Juventud de Aracena; se trataba de un certamen de relatos cortos cuyo premio sería llevar la historia contada a cortometraje. El director Guillermo Suero sería el encargado de dirigir el proyecto. Aunque lo estuve dudando, finalmente decidí apuntarme para probar suerte, puesto que la curiosidad por conocer la experiencia de ver una historia propia en pantalla era demasiado grande. 

Me es difícil acordarme de cómo surgió la idea para la historia de Ontromus: sólo recuerdo el reto que supuso, una vez diseñado el argumento, ceñirme a un entorno realista para que el relato pudiese realmente ser adaptado a la pantalla sin necesidad de recursos costosos. Siendo una historia del ámbito del terror sobrenatural fue verdaderamente un desafío, y lo mismo ocurrió con esa terrible cifra que siempre se nos suele imponer desde este tipo de concursos y que tantos quebraderos de cabeza puede llegar a dar: el número máximo de páginas. Tuve que abreviar al máximo, recortar pasajes e incluso jugar sin piedad con los márgenes de página y con el tamaño de la letra. Cuando vi el resultado, con letra tamaño 9 y los márgenes tan estirados que casi estaban en negativo, pensé: "esto no va a colar ni a la de tres". Pero mira tú por dónde: no sólo "coló", sino que también ganó el concurso. 

Desde que me lo comunicaron, el director del que entonces sólo era el boceto de un proyecto empezó a contactar conmigo en numerosas ocasiones. En nuestras primeras reuniones, tan sólo habábamos de cómo plantearlo. Yo no me atrevía demasiado a imponer mi criterio, dado que sabía más bien poco de técnicas de rodaje, aparte de que debíamos tener en cuenta que no disponíamos de medios desorbitados precisamente; sin embargo, sí que tuve oportunidad de aportar sugerencias y compartir mi punto de vista. Más adelante, empecé a conocer en carne y hueso a los actores que encarnarían a mis personajes. Fue una experiencia extrañísima, pues el salto que pendía desde el retrato mental que había esbozado de ellos (apenas un croquis borroso con dos o tres detalles claros en mi cabeza) hasta pasar a conocerlos como personas de carne y hueso, fue bastante, bastante bestia. Eso lo puedo decir con total seguridad: asimilar una historia inventada por ti interpretada por actores reales y desarrollándose en tu entorno habitual no es fácil. Pero, a medida que te vas a haciendo a la idea, no está nada mal.

Aunque no pude estar presente durante el rodaje de la mayoría de escenas debido a la distancia, sí que fui testigo del desarrollo del montaje, escena a escena. Cada vez que se rodaba un trozo del cortometraje, Guillermo me lo mostraba. Casi todo eran escenas sin diálogo, puesto que la mayoría de la narración sería llevada a cabo por una voz en off que se grabaría al final junto con el resto de las voces. Poco a poco veía trozos del relato hacerse realidad con una calidad que, la verdad, no me esperaba; todo ello me sorprendió para bien.

El verano pasado, dado que por fin coincidiría con un episodio de rodaje, el director me propuso reunir gente para salir de extras en una de las escenas. La verdad es que fue muy divertido volver al instituto donde había estudiado en mi adolescencia provista de carpetas y estuches para hacer de estudiante. Me resultó muy curioso lo difícil que se hace actuar con naturalidad cuando un director te ordena "actúa con naturalidad" y enfonca con una cámara en tu dirección. Hasta andar normal se convierte en una ardua tarea. Ese día terminé de confirmar que la actuación no es lo mío, pero me divertí mucho y, por suerte, apenas se me ve en el resultado final del cortometraje.

El rodaje se extendió en el tiempo, debido a la poca disponibilidad de todo el equipo que debía coincidir para poder seguir rodando (culpa del trabajo y los estudios, dado que el elenco constaba de actores de todo rango de edades). No estoy segura de si el proceso de grabación comenzó en 2011 o en 2012, pero sí sé que no se ha detenido hasta este mismo año 2013. Hubo altibajos de todo tipo: el clima que no acompañaba a las expectativas, caídas de la cámara principal, actores que no podían continuar, falta de tiempo, e incluso parones en los que se llegó a plantear la idea de no continuar. No conozco de cerca ni la mitad de los obstáculos que ha tenido el rodaje, pero pese a ello el proyecto siguió adelante. Hasta que, a principios de este año, se presentó la oportunidad de estrenarlo en concidiones: en pantalla grande, en el teatro, durante la semana de cine. Pero claro, para ello había que pisar el acelerador y tenerlo todo listo para abril.

El director me pidió que redactara el guión de la voz en off que contaba la historia. Me resultó muy complicado, dado que nunca antes había escrito nada por el estilo. Me explico: estoy acostumbrada a narrar, a contar historias para ser leídas; pero me resultaba difícil imaginar mis textos siendo hablados mientras las imágenes se sucedían al mismo tiempo. Se trataba de contar una historia que ya antes había contado, pero atendiendo a dos frentes al mismo tiempo, sincronizándolos y complementándolos. El resultado final me quedó muy extenso, así que el director tuvo que "readaptar la adaptación" en algunos puntos. En su día no me hizo gracia, pero admito que ahora lo veo de otra forma: seguramente fuera una buena idea, pues habría quedado demasiado recargado de la otra forma.

Los últimos retoques se llevaron a cabo; pequeñas escenas que había que rodar, grabar el doblaje, encontrar un proyector adecuado... La fecha se había establecido ya para el día 25, así que todo ello se hizo en plena recta final. Al final, por fin, pude ver la versión pre-definitiva, a la que todavía se le hicieron algunos ajustes. 

Y, después de dos años, llegó el día del estreno.

Fue un día de locos, al menos para mí. Para empezar, yo me encontraba a punto de emprender el viaje hasta mi pueblo para asistir a la proyección del corto, que empezaría a las 7:30 para el equipo que había participado en el rodaje y a las 8:30 para el resto, cuando me enteré indirectamente de que me iban a hacer una entrevista en la radio local, Radio Sierra de Aracena. Fue muy surrealista, totalmente en plan:
—Oye, que me ha dicho Fulanito que le ha dicho Menganito que vas a salir en la radio. 
—Ah... Pues qué bien, ¿no?
Y claro, yo que eso de la radio siempre lo he visto desde fuera, no sabía que esperarme. Y teniendo en cuenta también que nunca antes me habían hecho una entrevista de ese tipo, imaginaos los nervios.

Así que, nada más llegar, solté la maleta y tiré para la radio. Allí me atendieron muy amablemente y se ofrecieron a hacerme un huequito en el programa de aquel mismo día, para publicitar un poco el estreno del corto. No fue tan terrible como me temía; cuando empiezan a preguntarte sobre cosas que te apasionan, te olvidas un poco del micrófono que hay delante y de que se está registrando todo lo que dices. Resultó una experiencia muy agradable y divertida. 

La entrevista que me hicieron se puede escuchar aquí, por si a alguien le interesa. Yo no la he escuchado (ni pienso hacerlo), pero me han dicho que quedó bien.

Cuando salí de la radio apenas me dio tiempo a relajarme, pues en un ratito empezaba la proyección privada de Ontromus en el teatro. Allí me reuní con todos los participantes del corto, algunos conocidos y otros no tanto, y al fin, después de tanto tiempo, pudimos ver el cortometraje terminado en pantalla grande. Se me pone una sonrisa boba cuando recuerdo la sensación que sentí, y el ruido de los aplausos al terminar. Además, el representante de la Casa de la Juventud tuvo todo un detalle conmigo y me entregó un bonito obsequio como símbolo del premio que había ganado allá en 2011: una pluma, para alentarme a que siguiese escribiendo. Me pareció un gran gesto, la verdad.

Después de la sesión privada, salimos del teatro hasta que comenzase la segunda proyección, que era "la oficial" y se llevaría a cabo de forma previa a la película El Muerto y ser feliz. Entré a ver el corto una segunda vez, esta vez fijándome mejor en los detalles y en los planos. Después, por supuesto, llegó el turno de los corrillos de opiniones y de las reuniones para celebrar un día tan emocionante como era el de aquel estreno, que daba fin a un largo proyecto.



Así fue todo. Aún no se ha decidido de forma rotunda qué destino le depara al cortometraje Ontromus: tal vez se siga proyectando en otros lugares, tal vez se presente a concurso... Procuraré que, cuando ya se hayan realizado o descartado todas las posibles opciones, el corto se cuelgue en internet para que, quien quiera, pueda verlo. Mientras tanto, aún habrá que esperar un poco.

Y respecto al relato que dio pie a esta odisea... La verdad, pasé mucho tiempo pensando en dejar que su vida terminase ahí, ganando un concurso y siendo adaptado a la pantalla. Sin embargo, hace poco sentí nuevas ganas de contar lo que en su día, debido a los márgenes establecidos por las bases del certamen, me resultó imposible escribir. Me sentí con fuerzas renovadas para dar oxígeno a la historia, desarrollarla, proveerla del transfondo que en un principio pensé en darle. Al final, aquel relato se transformó en una novela corta que me encuentro ultimando. 

Muy pronto estará completamente lista. Cuando lo esté, probaré suerte a ver si alguien quisiera apostar por ella. Si no es así, igualmente tendréis noticias de ella dentro de poco: de una forma u otra, quiero que la versión escrita de Ontromus pueda ser leída.

Gracias, si te has tomado la molestia de leer hasta aquí, y espero que te haya gustado esta pequeña crónica de lo que ha sido el primer cortometraje en cuya elaboración me he visto involucrada.

Experimento literario "Destila Estilo" (I): ¡Resultados!

Escrito por las patitas de Cucaracha en su guarida martes, abril 23, 2013

Antes que nada, ya que estamos a 23 de abril, no puedo pasarme por el blog sin desearos ¡muy feliz día del libro a todos! Os deseo un día muy especial, ya sea o no en compañía de libros o de ideas que algún día se transformarán en libros.

Y qué mejor manera de celebrar el día del libro que rodeados de... ¡relatos!

En fin, con unas cuantas semanas de retraso (cosa que ya no es rara en este blog) os traigo por fin los resultados del experimento literario que propuse hace un par de entradas.


Para refrescar un poco la memoria, os cuento de qué iba el tema: la prueba partía de un pequeño texto en el que yo resumía una corta historia de forma muy simple y breve:


Un hombre se despierta en medio de la noche porque ha escuchado ruidos en su casa. Al ir a mirar de qué se trata, descubre que se ha colado un gato por la ventana.


De este modo, la gente que se animase a participar tendría que desarrollar un poco esa historia, dándole su estilo personal y adaptándola a su gusto, incluso inventando el final que les apeteciese. El objetivo era comparar los distintos estilos literarios que podían surgir a partir de una misma base. La verdad es que estoy muy contenta con el resultado: han sido tres relatos los recibidos, y los tres tienen un estilo bastante distinto entre sí, no solo en la prosa sino en el enfoque que se les ha dado.

Por supuesto, quiero dar las gracias a las personas que en seguida se animaron a participar en esta pequeña ida de olla, dado que sin ellas el experimento se habría quedado en un triste intento. ¡Olé vosotros!

Y sin más dilación, vamos a pasar a los microrrelatos enviados.




El primero de ellos es un breve relato que continúa la premisa establecida, escrito por Laura Muñoz:


El hombre tragó saliva un tanto asustado, pues no recuerda haber dejado abierta en ningún momento la ventana de su habitación. Por si fuera poco, el gato de largo pelaje negro comenzó a hablar...


Laura Muñoz.


Me gusta: unas cuantas palabras, un estilo directo y toda una intriga abierta. Puede ser desde el principio de una historia hasta un microrrelato de terror. Me viene a la mente ese famoso cuento de Thomas Bailey Aldrich: "Una mujer está sentada sola en una casa. Sabe que no hay nadie más en el mundo: todos los otros seres han muerto. Llaman a la puerta.". En fin, el tema de los microcuentos da para mucho; lo que venía a expresar es lo curioso que me parece que solo un puñado de palabras basten para esbozar un millón de posibles historias.

El siguiente relato pertenece a Una Soñadora, quien desarrolla el esquema inicial de la siguiente forma:



Javier se despertó sobresaltado, permaneció unos segundos sentado en la cama, asustado, con los ojos abiertos como platos y las orejas mas aun, esperando por si el ruido se repetía. 

 Escuchó algo, que parecía el llanto de un bebé, provenía de la cocina. 

 Descalzo y de puntillas avanzó despacio, agarró con fuerza la escoba, que se había quedado abandonada en el pasillo el día anterior, para defenderse del posible ladrón. 

 Al grito de "estoy armado", encendió la luz, mientras alzaba la escoba por encima de su cabeza.

 Un gato, de pelaje rojizo, lo miró desde la mesa relamiéndose los bigotes y sin hacer mucho caso volvió a la tarea de beberse la leche que Javier había olvidado tomarse. 

 El chico se dejó caer en una silla y acarició al gato, que seguía como si nada, miró hacía la ventana abierta, vio la jarra de agua volcada y entendió lo que había pasado. 

 Javier se levantó y se dirigió a la nevera,mientras servia un vaso de leche para él 

—Sabía que vendrías a buscar tu escoba, por eso me la llevé. 

 Volvió a su silla, dejó el vaso de leche sobre la mesa, sonriendo y abrazó con fuerza a la chica, de pelo rojizo, que lo miraba, también sonriente, sentada sobre la mesa de la cocina.


Una soñadora.


Ese giro inesperado del final consiguió sacarme una sonrisa. En este caso, Ana nos ofrece una acción más detallada y dinámica envuelta en tensión hasta el descubrimiento del gato en la cocina. Lo mejor es que, hasta la llegada de las dos últimas frases, no se adivina la verdadera intención del relato. El final, de corte más fantástico, también da pie a muchas posibles historias; sin embargo, la sonrisa de ambos personajes deja la sensación de un final feliz.

El último de los relatos recibidos corre a cargo de Alberto "Príncipe de los Extraño" Muñoz, que también comienza su narración justo al final de la premisa:



Suspiró el hombre relajado, pues temió por un instante que ladrones entraban en casa, para robarle, para matarle mientras dormía. Su miedo a perder lo poco que tiene le hizo imaginar sombras sin rostro, violencia, dolor y pánico. 

Se sentó el hombre en una silla, pues hubo un momento en que creyó que sus antiguos amigos volvían para celebrar su cumpleaños con una fiesta sorpresa. Afecto, camadería, confianza… Su nostalgia le hizo atisbar un pequeño rayo de luz que se revelaba como falso. 

Sollozó el hombre, pues durante un suspiro imaginó que volvía a casa la mujer que nunca quiso perder, aquella que se fue sin ser apartada, el olor de su almohada. Su corazón latió con fuerza en ese tiempo, y ahora, temía que se parara. 

Arremetió el hombre contra el gato, felino burlón que venía a despertarlo en la noche para atormentarlo, rebuscar en su interior con un cuchillo y sacar lo poco bueno que conservaba. Viendo una lluvia de objetos, el felino huyó por donde había venido. 

Y entonces el hombre lloro de forma patética y desconsolada, pues vio que había desperdiciado la única compañía que el mundo le quiso regalar. Amargado, vio pistola donde había una mano extendida, y burla donde había empatía. Y lloró y lloró, pues se dio cuenta que al estar anclado a lo que fue, las puertas de lo que será habían comenzado a cerrarse, y él ponía los pestillos más recios.

Alberto "Príncipe de los Extraño" Muñoz.


También me ha encantado. Como veis, aquí tenemos un texto mucho más amargo, con una narrativa de matices más antiguos y reflexivos. A pesar de estar escrito en tercera persona, es un autorretrato muy personal de la psique del personaje en el mismo momento en el que el dolor se desarrolla. Me gusta mucho la elección del vocabulario  y la expresividad desgarradora de la narración. 




Y este ha sido el resultado de este pequeño experimento. ¿Qué os ha parecido? Si os apetece debatir, dar vuestra opinión o hacer cualquier propuesta, que nadie se corte a la hora de dejar un comentario :)

¡Nos vemos!

Plazo de recepción para "Destila Estilo"

Escrito por las patitas de Cucaracha en su guarida lunes, marzo 25, 2013

¡Hola a todos!

Esta es una entrada corta, simplemente para informar de que voy a ir cerrando la recepción de relatos para el experimento literario que os propuse hace un par de posts. No es cuestión de dejarla abierta eternamente, y dado que algunas personas ya me han pedido la entrada con los resultados, es mejor concretar una fecha de cierre por si alguien todavía se estaba pensando si participar o no.

Así que, por proponer un día definitivo, recibiré relatos hasta el día 31 de marzo (incluído éste). Si todavía quieres apuntarte, tienes tiempo de sobra hasta final de mes :)

A ver si algún que otro rezagado se anima a última hora. Un saludo y... ¡nos vemos!

Proyecto solidario: Los mensajeros de Oz

Escrito por las patitas de Cucaracha en su guarida sábado, febrero 16, 2013

¡Hola! Hoy me paso por aquí, aparte de para irle dando algo de vidilla al blog después del fin de los exámenes (mucha suerte con las notas a todos los estudiantes, por cierto), para ayudar un poco a difundir una iniciativa solidaria que ha surgido en la bloggosfera y que me parece maravillosa.

Se trata de Los mensajeros de Oz, un proyecto que pretende aportar su granito de arena a la Fundación Luis Olivares, la cual se dedica a la ayuda de niños enfermos de cáncer y a sus familias. ¿Cómo van a colaborar? Muy sencillo: con la creación de un libro de cuentos en el que todos podremos participar, ya sea aportando cuentos o bien ilustraciones para incluirlas en este libro. Cualquiera puede colaborar con este bonito proyecto.

Encontrareis toda la información necesaria pinchando en la imagen superior. Espero que os guste la idea y, sobre todo, que el proyecto siga adelante con fuerza y consiga sus propósitos. 

Y esto es todo por hoy. ¡Nos vemos!

El día del batacazo final

Escrito por las patitas de Cucaracha en su guarida jueves, enero 31, 2013

Se dice que la vida da muchas vueltas y que, tal y como te va abriendo puertas, te las va cerrando en el momento menos esperado. Yo tuve mucha suerte al encontrarme una puerta abierta hace dos años que, por desgracia, se acaba de cerrar de golpe.

¿Que de qué estoy hablando? Pues de aquel libro que me iban a publicar, aquél del que os hablé con tanta ilusión en este blog allá por 2011. Finalmente, la editorial que había aceptado su publicación y yo hemos roto el contrato que nos unía. Ya no me lo van a publicar.

¿Por qué ha pasado esto? Muy sencillo: las ventas no acompañan a ese tipo de novelas. Se trata de una editorial centrada sobre todo en las temáticas juveniles o adultas, y no tanto en la línea infantil-juvenil. En el momento en el que mi libro (más bien de corte infantil-juvenil) llegó a sus manos, los responsables de la editorial se disponían a aventurarse en una nueva colección de esas características, y por eso mi libro debió de parecerles un fichaje aceptable para ello. Pero, al parecer, han sacado al mercado la primera de las novelas que tenían previstas para esta colección y no ha tenido el éxito que esperaban. Y, debido a ello, no pueden confirmarme si sacarán el libro al mercado o no, y mucho menos proporcionarme una fecha concreta. Y yo me siento demasiado hastiada para seguir esperando sin tener ninguna garantía.

A partir de aquella primera toma de contacto en la que me dieron el esperado y establecimos un vínculo contractual, dejé de tener noticias de mi libro durante mucho, mucho tiempo. Primero me dijeron que saldría en 2012, sin concretar una fecha aproximada. Después, me comunicaron que lo atrasarían hasta principios de 2013. Y, finalmente, los primeros meses de 2013 llegaron sin recibir aún ninguna información sobre la publicación del libro.

Finalmente, se pusieron en contacto conmigo hace poco. En el fondo me lo esperaba, me esperaba perfectamente lo que me iban a decir, pero no por ello dejó de sentarme terriblemente mal. Que me hayan puesto un sueño de este calibre en las manos y luego me lo quiten de repente por una razón tan fría como es el número de ventas es una sensación muy, muy amarga. Y, sobre todo, me pesa que hayan esperado tanto para decírmelo cuando era algo de lo que ya estaban seguros. La sensación de haber perdido dos años en los que podría haber estado luchando por sacar adelante mi libro, la obra en la que tanta pasión y esfuerzo invertí. 

Por mi parte ya estoy volviendo a asimilar que vuelvo a estar igual que al principio: con un manuscrito bajo el brazo y un largo camino por recorrer. Por suerte, este gran batacazo me ha servido para volver con fuerzas renovadas. Ya me he puesto manos a la obra con las nuevas correcciones del libro, pues quiero adecentarlo antes de volver a enviarlo a todas las editoriales en las que pueda encajar. Y me maravilla darme cuenta de que, a medida que lo voy puliendo y resucitando poco a poco, voy recobrando la fe en él. De nuevo empiezo a pensar que, tal vez, alguien sea capaz de ver algo en mi historia, algo que le lleve a pensar que merece la pena apostar por ella. 

Así que esto es lo que hay: nadie dijo que fuera fácil. Ahora toca volver a las impresiones y encuadernaciones, las cartas de presentación y las sinopsis, los viajecitos a la oficina de correos más cercana... Esto me trae recuerdos. Y me anima a pensar que, si una vez tuve suerte... ¿por qué no habría de tenerla una segunda vez?

Y, con esta entrada, la sección de Primeros pasos de una aspirante a escritora vuelve a ser lo que fue en su día: las crónicas de una amante de los libros que lucha incesablemente por entregar su obra al mundo y poder verla publicada, descansando entre sus muchos preciados volúmenes en la estantería de su biblioteca. 

Algún día, ya sea tarde o temprano, lo conseguiré. Eso os lo puedo asegurar.

Experimento literario: Destila Estilo (I)

Escrito por las patitas de Cucaracha en su guarida sábado, enero 12, 2013

Y con este pedazo de título (no sé si esto ha sido ironía o autoconsolación) vuelvo después de las vacaciones con una idea que me viene rondando por la cabeza desde hace un tiempo.



Es algo muy sencillo y que podría llegar a ser bastante curioso si la gente se anima a participar. Se trata de un pequeño "experimento literario" que servirá más que nada para comprobar lo diferentes que pueden llegar a ser dos textos con la misma base pero escritos por diferentes manos. Simplemente consiste en esto: yo propongo una historia, una historia simple resumida en una frase, y vosotros escribís un texto basado en esa línea de partida. No hace falta que escribais una novela; de hecho, no seais burros con la longitud: procurad que sea como máximo de una página para que no sea incómodo de leer luego en el blog. Incluso podría ser simplemente un párrafo, una frase larga... Todo lo que queráis, absoluta libertad. Tampoco es necesario que os ciñáis exclusivamente a lo que diga la frase. De hecho, cuanto más estilo propio le deis al texto, mejor: un final inesperado, una prosa característica, recursos originales... ¡Cuanta más imaginación se le eche, mejor! Pero todo sin dejar de ser fieles a vuestro estilo, claro.

La idea es colgar luego todos los textos aquí para comparar. Como he dicho, puede llegar a ser bastante curioso si la gente se anima. Así que, aunque se avecinen los exámenes, no tengas miedo y apúntate: esto estará abierto bastante tiempo, por lo menos hasta que recopile un buen número de textos. Así que sin prisas.

Dicho esto, manos a la obra: la línea principal del texto va a ser algo aleatorio. Por ejemplo...

Un hombre se despierta en medio de la noche porque ha escuchado ruidos en su casa. Al ir a mirar de qué se trata, descubre que se ha colado un gato por la ventana.

Aquí tenemos el planteamiento. Sencillo, ¿verdad?

Así que, si quieres participar, no tienes más que enviarme tu texto a mi dirección de mail o, si te da pereza, enviarlo a través de este formulario de contacto. Gracias de antemano y ya iré contando más noticias sobre el tema.

Y esto es todo. ¡Nos vemos!