"La cadena de Temporibus", índice de capítulos

Escrito por las patitas de Cucaracha en su guarida sábado, enero 29, 2011


ÍNDICE
     




     
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La cadena de Temporibus: capítulo 1

Escrito por las patitas de Cucaracha en su guarida sábado, enero 29, 2011


CAPÍTULO 1


Diana miró con aire indeciso las teclas del teléfono una vez más, sosteniendo el auricular con pulso inestable mientras lo mantenía en algún punto cercano a su oreja. La emoción y la angustia de estar a punto de aventurarse en la búsqueda que resolvería todas las dudas que la carcomían por dentro, un desafío de obstáculos cuyas magnitudes realmente no conocía, le impedían pensar con claridad y decidirse entre seguir adelante o echarse atrás. «¿Marcar o no marcar?», pensó con el corazón desbocado.
—Diana, suelta el teléfono –dijo Adrián por tercera vez en un minuto –. No sabemos en qué lío nos estamos metiendo. Es una locura.
“Nos estamos metiendo”, había dicho el chico, y no “te estás metiendo”; por lo menos le quedaba la certeza de que su mejor amigo no iba a abandonarla en aquella aventura y que le prestaría su ayuda de forma infalible, fuese quien fuese la persona que contestase el teléfono al otro lado de la línea. El bueno de Adrián. Ahora, Diana comenzaba a sentirse mal por arrastrarlo en aquel despropósito que parecía más un juego malintencionado que una búsqueda de la verdad, de una verdad que había estado persiguiendo durante años.

Aún le parecía mentira cómo había comenzado todo. ¿Quién le iba a decir a ella que aquel trabajillo de niñera ocasional iba a desembocar en aquella locura? Había redactado, impreso y repartido ella misma los carteles ofreciendo sus servicios como canguro de fines de semana, con la esperanza de ahorrar algún dinero para el futuro, ahora que aún estaba en el instituto. Temió que la gente no confiase la seguridad de sus hijos a una desconocida de 16 años, pero el “boca a boca” y los amigos de amigos hicieron una efectiva publicidad que pronto le consiguió varias llamadas de clientes, suficientes dadas las circunstancias. Así que había comenzado a sacrificar algunos de sus sábados de tiempo libre para ir a casa de padres con compromisos ineludibles de fin de semana, o simples parejas que querían ir al cine sin tener que cargar con un crío. No negaba que algunos de los niños a los que les tocaba cuidar le hacían desear no haber escogido aquel trabajo, pero el dinero que cobraba más tarde hacía que mereciese la pena el calvario.
Ya era la segunda vez que había acudido a cuidar de la hija de Lorena Beltrán. Se trataba de una amiga cercana de su madre. Lorena era madre soltera y mujer de negocios (aunque aún desconocía su profesión). Esto la obligaba a viajar a menudo y a tener que dejar por ello sola en casa a su pequeña niñita, Blanca. Lo peor de trabajar para ella era que tenía que quedarse a dormir en su gran caserón la noche del sábado, y Diana odiaba dormir en un lugar tan enorme y vacío; lo mejor era la abundante recompensa que recibía al día siguiente de manos de Lorena. Aparte de que le encantaba pasar el día con Blanca; tenía cinco años y era un revoltijo de nervios, pero también era una niña muy dulce e imaginativa que no paraba de proponer juegos. Y lo mejor era que no pataleaba, gritaba o lloraba cuando le proponías darle de comer o irse a dormir.
En aquella segunda incursión a la casa Beltrán, Blanca le había propuesto jugar al escondite. Encontrar a la pequeñuela en aquel laberinto de habitaciones, cada una de ellas tan grande que hubiese cabido dentro el piso en el que Diana vivía, había sido bastante complicado. El par de veces que le tocó a ella contar y buscar a la niña, que se empeñaba en buscar los escondites más rebuscados, había tardado como veinte minutos en encontrarla.
La tercera vez que le tocó “quedarla”, la chica buscó a Blanca en un cuarto trastero del piso superior, mirando en cada rincón. Ya estaba a punto de salir de la habitación, dándose por vencida, cuando le pareció escuchar una respiración. Volviendo sobre sus pasos, apartó un montón de cajas apiladas cerca del fondo del cuarto y de aquel hueco surgió la pequeña Blanca, agitando las coletas de pelo negro con una risilla desdentada.
—¡Mira dónde estabas, pillina! –exclamó Diana, haciéndole cosquillas a la niña mientras se retorcía entre carcajadas, con los mofletes al rojo vivo.
—¡Vamos a jugar a otra cosa! –propuso la pequeña instantáneamente.
—¿Ya te has cansado del escondite? –en realidad, se alegraba de poder dejar de patearse la casa de arriba abajo –Bueno, ¿y a qué quieres jugar ahora?
—Saca mis juguetes de ahí –indicó Blanca, señalando un armario apalancado en un rincón polvoriento.
—¿Tus juguetes están ahí? Si he visto que tienes el dormitorio lleno de juguetes.
—Sí, ésos son los nuevos. Como siempre tengo muchos nuevos, mami me guarda los juguetes con los que ya no juego en el trastero –explicó ella, muy seria –. Se cree que no lo sé, pero la he visto. Y quiero jugar con ellos otra vez. ¿Me los das tú? Están arriba.
—Bueno… no veo por qué no –murmuró Diana. Le daba un poco de apuro que Lorena le recriminara eso cuando volviera, pero si ponía de nuevo todos los juguetes en el armario cuando Blanca acabara de jugar no se daría cuenta.
Así que abrió el armario y empezó a sacar cajas. Allí no sólo había juguetes viejos; antes de dar con la primera caja llena de barbies despeinadas, sacó una con ropa antigua e incluso otra con bisutería que parecía oxidada. Ya había terminado de inspeccionar todas las cajas, y Blanca se encontraba jugando felizmente en el suelo con sus muñecas viejas, cuando sucedió algo inesperado.
—Esto no es mío –anunció la niña, sujetando algo metálico en su manita –. Qué feo. ¿Es de mami?
—¿A ver? –cogió aquel objeto para inspeccionarlo, extrañada de que lo hubiera encontrado entre los juguetes viejos.
Se trataba de un reloj de bolsillo. La esfera era brillante, tal vez de plata auténtica, y bastante grande. Además, las comisuras del intrincado dibujo que presentaba en su tapa y la cadena roñosa que colgaba de él lo había parecer bastante viejo. Sin pensarlo, presionó el botón que servía para ajustar las manecillas y el reloj se abrió con un leve gemido.
Diana tuvo que coger al vuelo el papel doblado que cayó de su interior, antes de que Blanca se distrajese de sus juegos y se diese cuenta de que allí pasaba algo raro. ¿Una nota dentro de un reloj? ¿Estaba invadiendo la intimidad de alguien más de lo que debía? Bueno, llegados hasta allí sería una tontería no echarle un vistazo. Tal vez no fuese importante.
Pero sí lo era; lo era para ella. En cuanto desplegó la cuartilla amarillenta y rígida, a punto estuvo de dejar caer el reloj al suelo, con las manos inertes por la conmoción. La nota, escueta y de trazos elegantes, decía así:

«Supongo que sería absurdo andarse con presentaciones insustanciales y falsos formalismos; tú y yo sabemos que ambos estamos involucrados en el mismo acontecimiento. De otra forma, ésta comunicación no se estaría estableciendo. Tú no sabrías nada de mi existencia.
Si lees esto, habrás encontrado el camino hacia la clave. Esa clave soy yo. Sigue la cadena de Temporibus, pues es lo que debe ser perpetrado.
Mis mejores deseos.

Damocles.»

Diana leyó la carta dos veces más, y tres, y cuatro… Temió desmayarse en aquel mismo momento. Pues no era el mensaje en sí lo que la había turbado de aquella forma.
Era el lenguaje. La nota estaba escrita en el lenguaje criptitario, un lenguaje ficticio basado en símbolos que sólo conocían Diana y su padre. El mismo que había desaparecido sin dejar rastro siete años atrás.
Las circunstancias de su desaparición habían quedado en el aire, una incógnita eterna; era como si el hombre hubiese dejado de existir, como si nunca hubiese existido. No había testigos ni pruebas, y la última persona que lo había visto había sido una Diana de nueve años, que le dio un beso de despedida cuando la dejó en la puerta del colegio y se alejó rumbo al trabajo con su coche. Después de aquello, ni Fabián Andrade ni el vehículo fueron encontrados nunca más. La tragedia había dejado una vereda de dolor en estado puro en las vidas de Diana y su madre que, aunque erosionada, seguía sin desaparecer.
Y ahora, diez años después, aparecía una nota escrita en su lenguaje privado y secreto, aquel que Fabián le había enseñado como un juego entre los dos, y que nunca había vuelto a olvidar. Una vez aprendido, era sencillo recordarlo; cada letra correspondía a un símbolo distinto, incluidos los números, signos y acentos. ¿Pero cómo se explicaba aquello? Los trazos plasmados en aquel papel eran radicalmente diferentes a los de su padre, toscos y descuidados. Esa carta no la había escrito Fabián. Ese tal Damocles conocía su lenguaje, y no sabía qué podía significar eso.
Abandonó la casa al día siguiente, tras el regreso de Lorena y habiendo cobrado su paga, con la nota y el reloj de bolsillo bien ocultos en su bolso. Debía averiguar qué significaba. No sabía qué era la cadena de Temporibus ni a qué se refería eso de “la clave”. Pero sí sabía que Damocles tenía que saber a la fuerza algo sobre el paradero de su padre, y que la única clave que importaba para ella era encontrarlo. Fuese cual fuese el significado de la nota, ella estaba implicada sí o sí.
De vuelta a su casa, se pasó horas y horas mirando la carta con lupa. Al examinarla un par de veces más, se dio cuenta de que había un pliegue en el papel, muy pequeño, que se le había pasado por alto y no había desdoblado. Al hacerlo halló nueve números escritos también en criptitario, y en seguida pensó que podría tratarse de un número de teléfono. Podría ser el número del misterioso Damocles.

Diana pasó un par de días absorta en sus pensamientos, intentando pensar en qué lío podría estar metido su padre, si es que seguía vivo, y en qué problemas podría meterse ella misma si marcaba aquel teléfono. Tanto se consumió en sus teorías que Adrián, que había fingido no darse cuenta del estado de su amiga, le pidió que esperase después de clase para hablar seriamente de lo que le ocurría.
Y Diana se lo contó todo. ¿Cómo iba a ocultarle algo a Adrián, que siempre compartía con ella todas sus preocupaciones y buenos momentos? Habían estado juntos desde que eran unos mocosos de parvulario y, lo más importante, él había estado a su lado en la época más dura de su vida, cuando Fabián desapareció. No podía mentirle en algo tan importante como aquello.
Discutieron largo y tendido sobre lo que debía y no debía hacer. Adrián se empeñaba en señalar lo peligroso que podría llegar a ser, y ella cada vez estaba más dispuesta a llamar al número de la carta.
—Piénsalo; aseguras que esa no es la letra de tu padre, por lo que el tal Damocles sabe vuestro lenguaje secreto. ¿Y si el lenguaje no es tan secreto? ¿Y si es de alguna secta, o alguna mafia, y tu padre se metió en un lío con ellos y acabaron secuestrándolo? –alegaba el chaval, revolviéndose el pelo como había siempre que se ponía nervioso – ¡Podría pasarte lo mismo a ti!
—Pero ¿qué sentido tiene entonces una nota como ésta? ¿Y si lo que pretende Damocles es ayudarme a encontrar a mi padre? ¿Y si confiaba en que yo encontrara la carta y me pusiese en contacto con él? –contraponía Diana. Habían prolongado la discusión tanto que habían decidido seguirla en casa de la chica, y en ese momento se encontraban viajando en la parte trasera de un autobús público.
—¿Cómo puedes ser tan inocente, con la de gente rara que hay por ahí? Si hubiera querido ayudarte, ¿cómo es que deja el mensaje dentro de un reloj, en la caja de juguetes viejos de una niña?
—No sabemos cómo ha llegado el reloj hasta ahí, Adrián. Podría haber llegado de muchas formas. Ahora mismo no sabemos nada de nada, excepto el número y el nombre de Damocles.
—Eso, y el tema de la “cadena de Temporibus”. Mírame a los ojos y dime que ese nombre no suena a secta.
Cuando llegaron a casa de Diana, aún seguían discutiendo. Como la madre de la chica había salido, no tuvieron miedo de seguir discutiendo del tema en voz alta, sentados frente al teléfono. Ella, en un súbito momento de atrevimiento, agarró el auricular y lo sostuvo en el aire, vacilante.
—No, Diana. ¿Qué haces? Suelta eso –pidió Adrián con voz grave y calmada, como quien intenta tranquilizar a un demente.
Ella no lo escuchó. Tenía su futuro entre las manos y no sabía qué hacer con él.
—Diana, suelta el teléfono. No sabemos en qué lío nos estamos metiendo. Es una locura –rogó el chico por tercera vez en un minuto. Pero Diana había tomado una decisión; acababa de hacerlo. Con dedos veloces a pesar del temblor, marcó a toda velocidad los nueve números que ya sabía de memoria. ¿Cómo no iba a sabérselos, después de haberlos mirado tantas y tantas veces?
Esperó dos tonos conteniendo la respiración, mirando a los exageradamente abiertos ojos de Adrián mientras esperaba. Tres tonos. El tiempo parecía correr a cámara lenta. Cuatro tonos.
Entonces, un crujido indicó que alguien había descolgado el teléfono al otro lado de la línea. Una voz se escuchó por el auricular:
—¿Sí?


CONTINUARÁ.

La cadena de Temporibus (Revelación del misterio)

Escrito por las patitas de Cucaracha en su guarida sábado, enero 29, 2011


ACTUALIZACIÓN: (30/01/10) Ahora puedes acceder al BLOG OFICIAL de la novela (explicación más abajo). Diseñado por Alicia Alina.


POR FAVOR, LEER ENTERO SI ESTÁS INTERESADO EN PARTICIPAR




1. ¿De qué trata todo este asunto?


¿"La cadena de Temporibus"? ¿Qué corcho será eso?

Al fin, se resuelve la incertidumbre (si es que la había... a una no se le da bien crear expectación, qué se le va a hacer XD) y doy paso a la explicación de tanta intriga.

La idea surgió de las desequilibradas mentes de Calipso bajo el Hayedo y yo misma. Se nos ocurrió un proyecto que, si salia bien, podría ser muy interesante y divertido. Y si no salía, pues podría ser bastante entretenido también.

¿A que alguna vez has jugado a aquello de "continuar la historia", ese juego en el que uno inventaba el inicio de un cuento,  otro lo seguía y así hasta que se terminaba? Pues esto es lo mismo, pero a lo grande. La idea es empezar con un capítulo de una  historia, y que otra persona siga la cadena publicando otro capítulo en su blog. Y así hasta que la blognovela termine.

¿A que estaría bien la idea? Podrían salir cosas interesantes de aquí. No sabemos cómo va a ser la historia, si será de misterio o de acción, de fantasía, de ciencia ficción o un romance (personalmente, espero que no XD). Además, así veríamos los diferentes estilos y enfoques de cada autor, aparte de (si la cosa se extiende) abrir nuestras fronteras bloggeras y  conocer otras páginas que a lo mejor no habíamos descubierto antes... ¡Venga, animaos, será divertido!



2. Normas y organización.



Cualquiera puede participar, con la condición de que no publique sus capítulos de la novela a lo loco, sin consultar ni nada, sino que avise primero de que será él/ella quien coja el siguiente turno.

La única regla rígida que no se debe incumplir (respecto a lo que se puede escribir y lo que no) es que no se puede cambiar la historia que ya ha sido escrita. A partir de lo que establecen los capítulos que ya han sido publicados, puedes escribir lo que quieras, pero no vale alterar las cosas que ya escribieron otros aunque no te gusten (por ejemplo, si alguien menciona en algún episodio que la protagonista tiene el pelo rubio, no puedes decir de buenas a primera que es pelirroja, a menos que especifiques que se tiñe el pelo en tu capítulo. O si alguien ha puesto que la prota tiene una hermana pequeña que se llama Ana estudiando en Málaga, no puedes poner ahora que en  realidad lo que tiene no es una hermana, sino un hermano mayor que murió en un accidente de avión hace tres años. Por poner ejemplos XD).


Aparte, hay algunas directrices más o menos flexibles, pero que hay que tener en cuenta: 

  1. Tienes libertad literaria para escoger el carácter de tu capítulo. Pero hombre, tampoco es cuestión de pasar de un capítulo a lo La casa de la pradera a uno en plan porno, ¡se coherente con la historia, alma cándida!   
  2. Los capítulos deben de tener un mínimo de extensión, como de 600 palabras aproximadamente. Si te sientes inspirado puedes dar rienda suelta a tu creatividad, pero ten en cuenta que es una novela que será publicada en un blog de internet, y de que es una historia compartida, así que tampoco escribas Los Pilares de la Tierra en tu capítulo. En mi humilde opinión, creo que con 4 páginas máximo está bien, aunque si el capítulo requiere que lo alargues una paginilla o dos, pues tampoco vamos a cortarte las alas.
  3.  Pensemos que esto es como una novela conjunta: lo suyo es irla enfocando hacia una historia con sentido que acabe teniendo un final. Sé que va a ser difícil cuando nadie sabe qué van a escribir las otras personas, pero creo que se puede lograr.   
  4.  Lo suyo es que, si publicais vuestro capítulo en vuestro blog, pongáis en la entrada alguna explicación sobre qué es La cadena de Temporibus y un enlace a esta entrada o al blog oficial, para que se anime más gente si les interesa y para que sepan de qué va. ¡Cuantos más, mejor! 
  5. No fumar. Ah, no, esto no va aquí.


    ¡Bien, pues ésa es la base! Yo empiezo con un capítulo de introducción aquí en mi blog, y Calipso escribirá el segundo episodio en el suyo. También los publicaremos en el blog de la novela, para quien quiera leer la historia directamente desde allí. A partir de ahí, si hay más participantes (eso espero, que si no la cosa pierde gracia) nos iremos turnando para ir escribiendo los nuevos capítulos. 


    3. Cómo publicar tu capítulo.


    Aquí hay un punto a aclarar respecto a la forma de publicar los capítulos. Una vez se os asegure que es vuestro turno de escribir el siguiente episodio (leer más abajo para más información), podeis hacerlo de dos maneras: 

    1. Podéis colgarlo en vuestro blog personal, para que la gente lo pueda leer allí. A su vez, nosotros lo colgaremos en el blog oficial con vuestro nombre y un enlace a la entrada del vuestro. Cuando lo hayais colgado, dejad un comentario por aquí o, casi mejor, enviad un mail a:   

    lacadenadetemporibus@gmail.com 

    para que podamos actualizar el índice de capítulos.


    2. Si por o que sea no quereis publicar el capítulo en vuestros blogs, porque sea demasiado largo u os destroce el formato, también podeis enviarnos el capítulo por mail y lo colgaremos directamente en el blog de la novela, eso sí, siempre con vuestra firma y un enlace a vuestra página.


    4. Cómo saber cuál es tu turno y cuándo subir el capítulo.

     

    A ver, lo suyo es actualizar capítulos en un intervalo como de una semana (aunque también se pueden poner dos o tres, que ya conocemos la estresante vida del estudiante...). 
    De esa forma, si terminas de leer el último episodio publicado y se te ocurre alguna idea para escribir una continuación, envía un correo para apuntarte a la movida (leer más abajo sobre los correos).


    Al principio, como seremos pocos no habrá problemas en discutir a quién le tocará escribir cada vez, podemos hablarlo por correo o a través de los mismos blogs. Entonces, si sólo se presenta voluntaria una persona por vez, no hay ningún problema; pero si la gente se empieza a animar (ojalá) a lo mejor llega un punto en el que más de una persona quiera escribir el próximo capítulo. Entonces, el orden de prioridad, para que toquemos al mayor número de personas posibles, será el siguiente:
    1. Alguien que no haya escrito el episodio anterior.
    2. El que menos capítulos haya escrito hasta ahora.
    3. El que lleve más tiempo "en la cola" (punto a aclarar)
    4. El que envíe primero el mail.


    Lo del punto 3 lo aclaro en seguida. Y es que a lo mejor al leer un capítulo se te ocurre una idea genial para el capítulo de después y te gustaría encargarte tú de él, pero quién sabe cómo será el siguiente y si querrías escribirlo en el caso de que te pasen el turno en un capitulo posterior. O a lo mejor piensas "¡bueno, siempre se me ocurrirá algo!" y te gustaría que al mandar el mail se te "guardara en turno" en la cola. Eso debes especificarlo en el correo que  mandes. Por favor te lo pido; para facilitar las cosas, en el mail debería constar: 

    1. La dirección de tu blog (para asegurarme XD)
    2. El nombre de autor que quieras usar (para ponerlo así en el índice)
    3. Si quieres escribir solamente el siguiente capítulo, o quieres que te guarde la vez para el siguiente turno (o el siguiente, o el siguiente... en fin, que si te guardo el turno indefinidamente)
    4. Si quieres colgar el episodio en tu propio blog o solamente en el blog oficial.


    Si no me especificas en el mail que quieres que te guarde el turno en la cola, daré por hecho que no quieres y que sólo optas al siguiente capítulo, para quitarnos quebraderos de cabeza.








    Bueno, creo que con esto está todo. ¡Manos a la obra!


    Para ver el índice de capítulos, pincha en el banner de La cadena de Temporibus del menú lateral o directamente en la imagen a continuación. 




    Si tienes dudas extra, puedes ponerlas en los comentarios, o enviar un correo a la dirección que ya he puesto, o bien a la de este blog (preferentemente al otro XD).




    ¡Muchas gracias por leer este tocho! En breve colgaré la introducción a la historia. 

    ¡Anímate! ^^




    PD: Esto ha sido una idea que se nos ocurrió en mitad de una de nuestras conversaciones paranoicas, pero sabemos que seguramente no se tratará de una idea original y exclusiva de nuestra cosecha (la verdad es que no nos hemos puesto a buscar, pero suponemos que ya habrá más novelas colectivas rondando por Internet). Así que no te extrañes por el tono de "hemos descubierto América" de esta entrada, es sólo la emoción del novato ^^.


    PD2 (ya empezamos con las PD...): Harías un gran favor si difundieses la iniciativa aunque no quieras participar, por si otra gente quiere leerla o formar parte de ella.



    CÓDIGOS PARA LOS BANNER:

    (NOTA: si quieres que el banner lleve al blog oficial en lugar de a esta entrada, sustituye
    "http://blogdeunacucaracha.blogspot.com/2011/01/la-cadena-de-temporibus-indice-de.html" por "http://lacadenadetemporibus.blogspot.com/"





















    Winter is... ALMOST HERE! (Juego de Tronos) + CCAVM + Sobrenatural

    Escrito por las patitas de Cucaracha en su guarida sábado, enero 22, 2011

    Actualizo en mitad de mi fin de semana infernal (justo en medio de los "exámenes de febrero" que han pasado a ser los "exámenes de mediados de enero", fíjate qué gracioso... Me hace tanta gracia que no me rio), porque no me quedaba otra. Lo he visto, me ha entrado la adrenalina, y necesito difundirlo por todas las vías posibles. 

    Nuevo trailer de la esperada serie del primer volumen de la saga Canción de Hielo y Fuego, de George R. R. Martin: Juego de Tronos. Éste es mejor que el del cuervo. Es prometedor, es impactante, es... es... bueno, vedlo por vosotros mismos:



    ¿Cada vez que salga un trailer nuevo de la serie lo voy a poner aquí? Puede... Porque no puedo con la emoción. Me muero de ganas de que llegue abril y ver qué tal ha ido la adaptación, si ha merecido la pena la espera o no. Algo me dice que sí la habrá valido... ¡Me encanta el reparto! ¡Me encanta todo!



    (¿Se nota que últimamente también ando enganchada a Como conocí a vuestra madre? XD) Bueno, ya que estoy, aprovecho para recomendar también esta serie a las buenas almas que no la conozcan, o que la conocían y no se han animado aún a verla porque no saben qué esperar. Para mí es como la nueva Friends... No, en realidad me gusta más que Friends, pero eso es subjetivo.

    Y ya que estamos hablando de series en general, también informo sobre un anime que está a punto de salir. Se trata de la adaptación animada de una serie bastante conocida desde hace un tiempo...




    Y dicha serie es Sobrenatural, la historia de los dos hermanos que se dedican a ir por ahí a cortarles la juerga a demonios, espíritus y demás criaturas extrañas amigas del sufrimiento ajeno. Es curioso ver el parecido entre los personajes reales y en 2D, y más aún escucharlos hablando en japonés. La serie me gusta, así que a lo mejor le echo un vistazo a Supernatural: the animation cuando salga, para ver qué tal se desenvuelven los hermanos Winchester en un anime. Dejo el trailer debajo.




    Y bueno, esto es todo por ahora. Volveré dentro de una semana o dos con novedades, y con la doblemente mencionada y misteriosa sorpresa (Sólo dos letras: C T).
    ¡Nos vemos!





    "Cuando se juega al juego de tronos sólo se puede ganar o morir. No hay puntos intermedios."

    Cersei Lannister, Juego de Tronos.

    Se avecina un sorpresa...

    Escrito por las patitas de Cucaracha en su guarida viernes, enero 07, 2011

    ¿Qué es ese misterioso banner que ha aparecido en la parte superior del blog?

    ¿Qué significado esconde?

    ¿Qué cadena es ésa que nos incita a seguir?

    Pronto, muy pronto, llegará el día de la revelación... ¿Te unes a nosotros?






    ACTUALIZACIÓN (12-01-11). Me temo que la sorpresa tendrá que esperar hasta finales de mes, puesto que me espera una temporadita ajetreada (sí, esos temibles exámenes de fin de semestre... Adiós, mundo cruel). Pero bueno, dentro del marco de tiempo "muy pronto" bien pueden entrar un par de semanitas, ¿no? ^^

    Ilustraciones: Kurai (+ regalos navideños)

    Escrito por las patitas de Cucaracha en su guarida lunes, enero 03, 2011

    Éste año, recibí mi regalo del Cíclope Calvo Volador (para los que no lo sepan, el equivalente de los Reyes Magos para las cucarachas) por adelantado; ni más ni menos que un cuadro original de la ilustradora Leticia Morgado Rodríguez, también conocida como Kurai



    Éste es mi nuevo cuadro. Como veis, es una imagen (preciosa *.*) de Atreyu y Fújur, de La historia interminable. Me encanta cómo los ha dibujado. En cuanto lo vi colgado en la exposición me enamoré de él, y al final acabó siendo mi regalo anticipado ^^
    Si os dais un garbeo por el blog de la creadora, veréis la gran diversidad de personajes que ha dibujado, todos con su historia propia. Son, por así decirlo, ilustraciones con alma propia. Recomendadas.




    En fin, aparte del cuadro, también recibí otro regalito el día 25: el disco nuevo de My Chemical Romance, llamado Danger days; the true lives of the Fabulous Killjoys. La verdad es que llevo unos añitos escuchando este grupo, siguiendo su trayectoria, y es curioso ver cómo van evolucionando de un disco a otro. He aquí otro paso en su evolución en el que se nota un cambio bastante notorio en su estilo, pero dentro de su línea. Y lo cierto es que me ha gustado, oye. Aquí os dejo una pequeña muestra.




    Pues nada, aquí termina mi ronda de recomendaciones navideñas. Aprovecho para dejar caer que dentro de no mucho Calipso bajo su Hayedo y yo presentaremos una sorpresa por estos lares... Bueno, no quiero desvelar el misterio aún; sólo diré que vamos a hacer una especie de experimento que podría ser interesante. (Aunque me temo que yo no me podré poner a ello del todo hasta finales de enero... Ay, estos exámenes...).

    ¡Nos vemos!


    PD: últimamente no estoy poniendo citas de canciones al final de las entradas... Es porque he decidido no poner citas en los posts navideños, así que hasta que terminemos estas entrañables fiestas no volveré a poner más frasecitas en cursiva. ¿El motivo? Pues no sé, porque sí, para darle algún aire distinto a las entradas de navidad... Lo sé, ridículo xD